miércoles, 7 de septiembre de 2011

La muerte es ignorancia

Generalmente tendemos a respetar a los muertos y a sus deudos como si fueran algo intocables y ajenos. Nos enseñaron  no desearle la muerte a nadie, no matar a nadie, ni reírnos de los muertos porque implicaría una horrible falta de amor a la humanidad,  sin embargo desde la historia más profunda de la humanidad   hasta hoy día  una mitad de la humanidad es considerada como los ¨malos¨ que deben morir. Esta mitad que debe morir siempre es la parte irrespetuosa, ignorante, fea,  son los esclavos, los extranjeros, los peligrosos , los raros, los delincuentes, los parias etc y son por lo general  los políticos  y los religiosos los que se encargan de ponerle el nombre al odiado de turno.
Entonces, transformados en inhumanos  aceptamos   que  los "buenos" matan a los "malos" y los "malos" asesinan a los "buenos", y aceptamos que nos hablen de libertad, de amarnos los unos a los otros (pero siempre y que sean  entre los del mismo bando) mientras  convencidos con hermosos discursos  nos insensibilizamos  ante la muerte de millones de personas que mueren de hambre, de frio, de enfermedades por las malas condiciones de vida que rayan en la inhumanidad y aceptamos con una indiferencia inaudita los bombardeos, las bombas atómicas, los campos de concentración, las torturas.

Se ha decidido inconcientemente  que  algunos merecen  morir mas que otros , se ha decidido que la muerte de unos es más justa que la muerte  de otros.
Se ha decidido que la muerte sensible es sólo la de nuestros pares. Y la verdad es que la muerte como la vida, no es ni buena ni mala, ni limpia ni pura, ni terrible ni genial, ni seria ni divertida, es sólo la ignorancia pura y simple.