Generalmente tendemos a respetar a los muertos y a sus deudos como si fueran algo intocables y ajenos. Nos enseñaron no desearle la muerte a nadie, no matar a nadie, ni reírnos de los muertos porque implicaría una horrible falta de amor a la humanidad, sin embargo desde la historia más profunda de la humanidad hasta hoy día una mitad de la humanidad es considerada como los ¨malos¨ que deben morir. Esta mitad que debe morir siempre es la parte irrespetuosa, ignorante, fea, son los esclavos, los extranjeros, los peligrosos , los raros, los delincuentes, los parias etc y son por lo general los políticos y los religiosos los que se encargan de ponerle el nombre al odiado de turno.
Entonces, transformados en inhumanos aceptamos que los "buenos" matan a los "malos" y los "malos" asesinan a los "buenos", y aceptamos que nos hablen de libertad, de amarnos los unos a los otros (pero siempre y que sean entre los del mismo bando) mientras convencidos con hermosos discursos nos insensibilizamos ante la muerte de millones de personas que mueren de hambre, de frio, de enfermedades por las malas condiciones de vida que rayan en la inhumanidad y aceptamos con una indiferencia inaudita los bombardeos, las bombas atómicas, los campos de concentración, las torturas.
Se ha decidido inconcientemente que algunos merecen morir mas que otros , se ha decidido que la muerte de unos es más justa que la muerte de otros.
Se ha decidido que la muerte sensible es sólo la de nuestros pares. Y la verdad es que la muerte como la vida, no es ni buena ni mala, ni limpia ni pura, ni terrible ni genial, ni seria ni divertida, es sólo la ignorancia pura y simple.
lo mas notable que ignoramos; que ignoran los que matan por riqueza y poder, por celos, por odios, por ira; es que somos eternos, que todos somos una sola alma -fragmentada en egos- y que la muerte no mata su eternidad. es sólo un cambio corporal.
ResponderEliminarbuena reflexión, ráfara...
La muerte, como todo aspecto humano, es totalmente manipulable por el poderoso de turno, y como imaginación no le falta al ser humano, hemos sido capaces, por siglos y milenios, de adornar al otro con todo tipo de características que lo envilecen, lo degradan, lo vuelven peligroso, odiable y dañino y, al final, lo reduce a la categoría de "inhumano" y, por lo tanto, asesinable, y todo eso sin el más mínimo resabio de vergüenza ni arrepentimiento... Y con ese acto, demostramos no sólo nuestro desprecio hacia la vida y hacia el otro como un igual, sino hacia la Naturaleza y el Cosmos todo, pues la muerte, como castigo, sigue siendo un medio de poder y no una forma de conexión esencial con el Universo que nos rodea y la energía que lo conforma...
ResponderEliminarmuy bueno, la muerte de unos decidida por otros hace que la vida no valga una mierda
ResponderEliminaruna de las mas valientes decisiones con respecto a la muerte es la que dijo Mijael Anilevich uno de los que dirigio la rebelion en el guetto Warchaw ..Vamos a morir pero nosotros decidiremos como..
ResponderEliminarEn la muerte no se atrapan trozos de tiempo llamados vida.
ResponderEliminar¿ Se decolorarán acaso todos nuestros deseos ?
Exelente reflexión, Raquel.
muy buena veguiska...vivo sin vivir en mi...muero por que no muero, como era la cosa?
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