-Lenin, Jesús o leones de terciopelo
raquel vega
(version corregida)
Teníamos
en casa, colgada en la pared, una máscara con la cara de Lenin,
durante mucho tiempo ignoramos quién era Lenin, él fue testigo directo
de muchos hechos de nuestra vida infantil por ello le tengo un gran
cariño. Algunas personas tienen a Jesús en la cruz o encuadrado con
el corazón en la mano, otros tienen un candelabro de 7 velas , otros a
sus parientes lejanos retocados y los con más suerte crecen con leones
o tigres de terciopelos en gobelinos de muchos colores .
Este
sr Lenin, que tenía una perita bastante cómica, era para nosotros tan
normal como la mesa de póker que había en el pasillo y que nunca
supimos qué hacia allí.
Con el tiempo me di cuenta que él
representaba la parte del mundo que formábamos parte, éramos comunistas
, por supuesto que no sabíamos qué era, pero sí sabíamos que habia que
ser cuidadosos, porque los comunistas eran malos, aunque estábamos
dispuestos a salir a la calle con el puño en alto a vender el diario
el Siglo los Domingos. Es díficil ser malo y aceptar esa condición y
vivir con ella. Se te crea un ego gigantesco, tú tienes la verdad y los
demás están equivocados.
En casa no existían Dios, ni la virgen
ni Jesús, esta gente entró tarde en mi vida, papá ni mamá jamás nos
hablaron de ellos, sólo cuando empecé a ir al colegio supe que existían
pero yo no hablaba en casa de ellos, como tampoco hablaba de Cristóbal
Colon, ni de los padres de la Patria ni de las partes de una flor ,
por lo tanto no me preocuparon jamás.
Un dia, no recuerdo
cuándo, descubrimos que también éramos judíos por parte de mi padre y
que aunque no creyéramos en Dios igual éramos judíos. O sea que era
como ser moreno o rubio, se aceptaba y listo y el León de Meguido
entró a formar parte del Toteimos familiar.Con ello, pasamos a ser el
colmo de la maldad y seguimos viviendo con ello.
Un
domingo cualquiera de mi infancia temprana, acompañé a mi prima, que
era de esa gente que tenían en su casa Cristos y retratos de abuelos
colgados en las paredes, a la misa de 7 de la tarde porque pertenecía a
la caridad cristiana o algo así, era mi primera vez que entraba en una
Iglesia, mi prima me aconseja que haga lo que hacen los demás y que
jamás le cuente a mi papi que estuve en misa de 7 de la tarde- y allí
estaba yo, tratando de hacer lo que los demás hacían, pararse, sentarse,
arrodillarse y un cura más chico con una campanilla avisaba cuándo .
Hasta que de pronto el cura se sube arriba de un estrado y empieza a
contar una historia sobre una niñita cuyo papá era ateo y que jamás
visitaba la iglesia entonces ella, en un momento que nadie la veía, se
acercó al altar, allí donde se habla con Jesús y le pidió con lágrimas
en los ojos que hiciera que su papá viniera a misa y se convierta al
católicismo.
Recuerdo que este cuento me produjo inquietud, mi
prima, que además estudiaba en un colegio de monjas, me dijo si tu
rezas también tu papá vendrá a misa.
Por supuesto que ni
recé ni pedí nada, me gustaban más Lenin y mi papá tal como era, no me
veía yo haciéndole caso a un cura ni a nadie, sobretodo en cosas
esenciales y entendi que mi padre no tenia por qué saber muchas de las
cosas que yo hacia para no preocuparlo y que mas tarde descubrí que es
un concepto bíblico que me ha acompañado toda mi vida, que tu mano
izquierda no sepa lo que hace la derecha.